La entidad bancaria BBVA ha sido sancionada con 200.000 euros por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) por no obtener el consentimiento al firmar la política de protección de datos en nombre de sus clientes.
El problema se desveló cuando un matrimonio descubrió que se había otorgado el consentimiento para el tratamiento de datos personales mediante firmas falsificadas, indicando el empleado de la entidad bancaria que era una práctica común con tal de agilizar los trámites.
Aunque el BBVA afirma que se trata de un hecho aislado la entidad reconocía la ausencia del consentimiento para el tratamiento de datos personales en ese caso.
Estas acciones ponen bajo el foco la importancia de obtener el consentimiento explícito y verificable de los clientes al tratar sus datos personales.











