Estas terapias de reconversión tienen como objetivo que los miembros de la comunidad LGTBI cambien o repriman su orientación o identidad sexual para ajustarse a la heterosexualidad, que es la única aceptada por la Iglesia católica.
La ministra Ana Redondo decidió abrir la investigación después de reunirse con Saúl Castro, presidente de la Asociación Española contra las Terapias de Conversión, quien había informado previamente al ministerio sobre la realización de estos talleres en parroquias de las diócesis de Alcalá, Getafe, Madrid, Barcelona, Guadalajara, Valencia y Málaga. En este encuentro, Castro ofreció a Redondo y a su equipo más detalles sobre los hechos incluidos en la denuncia.











