Universidades solicitan cambiar la gramática contra el sexismo lingüístico

Un total de 55 campos universitarios públicos y privados han suscrito un documento con tal de fomentar un uso adecuado del lenguaje con directrices sobre gramática.

El informe llama a evitar entre otras cosas el empleo de la forma masculina por defecto, es decir el abuso del masculino genérico, para la descripción de personas en general, con tal de alcanzar la igualdad efectiva. Proponiendo sustituir el término hombre por humanidad o ser humano. Se sostiene que la palabra para designar grupos mixtos hombre invisibiliza a las mujeres.

El documento creado por la Conferencia de Rectores y Rectoras de Universidades Españolas (Crue) ha sido apoyado por 55 universidades de las 91 que hay en España.

Campus como la Uned, la Rey Juan Carlos, Extremadura, Burgos, Alicante, Málaga o Alcalá lo han asumido en sus respectivos portales web.

La propuesta para promover el lenguaje inclusivo

El documento pretende combatir el modelo androcéntrico que transmite un modelo no igualitario, con tal de utilizar la lógica y anteponer el feminismo inclusivo es decir, combatir la visión parcial y sesgada del mundo donde el hombre es la referencia de la humanidad. De este modo se promueve recurrir a adjetivos invariables en vez de masculinos o femeninos.

Entre las sugerencias, se recomienda nombrar explícitamente a las mujeres en los discursos, evitar expresiones que las reduzcan a un único modelo, utilizar términos colectivos o abstractos (como «profesorado» en lugar de «profesores»), y emplear desdoblamientos cuando sea necesario. También se sugieren cambios gramaticales para hacer el lenguaje más inclusivo, como el uso de la impersonalidad, el infinitivo o la segunda persona, y se proponen alternativas para términos que históricamente han excluido a las mujeres.

La guía pretende evitar los determinantes el, los, que o aquellos, con tal de reemplazarlos por unos más ambiguos cómo quien o quienes. También se recomienda utilizar la impersonalidad como solución para evitar el sexismo. Mientras que para referirse a las personas no binarias se propone evitar evidenciar el género utilizando palabras neutras o cambios gramaticales. La Crue explica que se trata de recomendaciones para toda la comunidad educativa.

Este tipo de iniciativas no solo fomentan la igualdad en el ámbito académico, sino que también contribuyen a la construcción de una sociedad más inclusiva y respetuosa con la diversidad. El lenguaje es una herramienta poderosa que refleja y moldea la realidad, por lo que su adaptación a nuevas sensibilidades resulta fundamental para garantizar la representación de todas las personas.

Si bien el cambio puede generar debates, es importante reconocer que la evolución lingüística ha sido una constante en la historia. La implementación de estas estrategias en entornos educativos puede servir como modelo para otros ámbitos, promoviendo una comunicación más consciente y equitativa en la sociedad en general.

Además, la gramática juega un papel clave en este proceso, ya que no solo estructura el lenguaje, sino que también influye en la forma en que percibimos el mundo y nos relacionamos con las demás personas. Una gramática inclusiva no implica solo modificar palabras, sino repensar las normas lingüísticas para hacerlas más equitativas y representativas. Adaptar el lenguaje a una perspectiva igualitaria e inclusiva significa enriquecer la comunicación con términos que reflejen mejor la diversidad de la sociedad actual.